jueves, 26 de marzo de 2020

Choque de "Deportivos"


Dep. Belgrano 1 vs 0 Dep. Aragón


La lluvia no impidió el nacimiento de otra etapa en la historia futbolística de González.
Y en el marco de su 1ª fecha, midieron su poder Belgrano y Aragón, como son conocidos en la zona.
El “Pacaembú”de Ameghino y Suárez, como llaman al estadio del Colegio Nacional, albergó a 700 valientes y valientas, que inundaron las tribunas con el típico amarillo patito de los trajes anti lluvia.
Cómo todo “clásico”, no faltaron banderas, fuegos de artificio, y sanguches de bondiola a precios amigables.
Y contra todo pronóstico, fue Aragón el 11 que se acercó raudamente al arco rival.
En el amanecer del partido, Cardozo, arquero de Belgrano, envolvió su ser de heroicidad para desviar sendos disparos, primero de Campos, y luego de Fraga.
A la vez que Fraga y Martín dibujaban pozos ciegos en sector derecho de la defensa de Belgrano, Fuentes y Wallace hacían del mediocampo su edén, anulando a los creativos rivales Rossi y Kostka, a la vez atentos a los desmarques del mencionado Fraga, y de Cáceres, que empezó como medio derecho, y se sumaba como extremo cuando la jugada lo requería.
El terreno embarrado no permitió destellos de buen juego, y en una continua escala de grises futbolística finalizó la primera parte.
Tomó nota de lo acontecido Micky Cirenti, DT de Belgrano, y en el inicio del segundo capítulo pudo notarse un nuevo ensamblaje táctico en su equipo.
Arzubialde abandonó el lateral derecho, para situarse en el mediocampo, ayudando así a retener las embestidas del rival, permitiendo a la vez que Rossi y Kostka oxigenen la creatividad del equipo, siempre escudados por Maciel en la cobertura, y en la velocidad de Sarravecea como opción válida de pase.
Fue justamente una combinación de Rossi y Kostka la que dio inicio al único grito de gol del encuentro. Este último recibió, engañó la marca de Wallace, y disparó al palo derecho de Casella, cuyo esfuerzo arácnido no impidió que la pelota bese la red.
La superpoblación del mediocampo propuesta por Cirenti dio sus frutos, a la vez que transformó el encuentro en una oda al pelotazo y el juego trabado.
Gigena, en un intento de romper la barrera académica, envió al juego a Lucas Orlandi y Matías Aquelarre, quienes insinuaron velocidad y desparpajo, pero sin generar peligro en el arco rival.
Antes del final, un tiro libre de Maldonado, zaguero derecho de Aragón, pudo brindarle el obsequio de un punto a “los gallegos”, pero su potente disparó abandonó el estadio, luego de besar el palo derecho del arco rival.
Con los cantos de los hinchas de Belgrano, y un eufórico Cirenti arengando a sus dirigidos desde un costado de la cancha, finalizó otro capítulo entre dos de los equipos que animan la Liga de González.

Goyo Fernández

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