Dep. Belgrano 1 vs 0 Dep. Aragón
La lluvia no impidió el
nacimiento de otra etapa en la historia futbolística de González.
Y en el marco de su 1ª fecha,
midieron su poder Belgrano y Aragón, como son conocidos en la zona.
El “Pacaembú”de Ameghino y
Suárez, como llaman al estadio del Colegio Nacional, albergó a 700 valientes y valientas,
que inundaron las tribunas con el típico amarillo patito de los trajes anti
lluvia.
Cómo todo “clásico”, no faltaron
banderas, fuegos de artificio, y sanguches de bondiola a precios amigables.
Y contra todo pronóstico, fue
Aragón el 11 que se acercó raudamente al arco rival.
En el amanecer del partido,
Cardozo, arquero de Belgrano, envolvió su ser de heroicidad para desviar sendos
disparos, primero de Campos, y luego de Fraga.
A la vez que Fraga y Martín
dibujaban pozos ciegos en sector derecho de la defensa de Belgrano, Fuentes y
Wallace hacían del mediocampo su edén, anulando a los creativos rivales Rossi y
Kostka, a la vez atentos a los desmarques del mencionado Fraga, y de Cáceres,
que empezó como medio derecho, y se sumaba como extremo cuando la jugada lo
requería.
El terreno embarrado no permitió
destellos de buen juego, y en una continua escala de grises futbolística
finalizó la primera parte.
Tomó nota de lo acontecido Micky
Cirenti, DT de Belgrano, y en el inicio del segundo capítulo pudo notarse un
nuevo ensamblaje táctico en su equipo.
Arzubialde abandonó el lateral
derecho, para situarse en el mediocampo, ayudando así a retener las embestidas
del rival, permitiendo a la vez que Rossi y Kostka oxigenen la creatividad del
equipo, siempre escudados por Maciel en la cobertura, y en la velocidad de
Sarravecea como opción válida de pase.
Fue justamente una combinación de
Rossi y Kostka la que dio inicio al único grito de gol del encuentro. Este
último recibió, engañó la marca de Wallace, y disparó al palo derecho de
Casella, cuyo esfuerzo arácnido no impidió que la pelota bese la red.
La superpoblación del mediocampo
propuesta por Cirenti dio sus frutos, a la vez que transformó el encuentro en
una oda al pelotazo y el juego trabado.
Gigena, en un intento de romper
la barrera académica, envió al juego a Lucas Orlandi y Matías Aquelarre,
quienes insinuaron velocidad y desparpajo, pero sin generar peligro en el arco
rival.
Antes del final, un tiro libre de
Maldonado, zaguero derecho de Aragón, pudo brindarle el obsequio de un punto a
“los gallegos”, pero su potente disparó abandonó el estadio, luego de besar el
palo derecho del arco rival.
Con los cantos de los hinchas de
Belgrano, y un eufórico Cirenti arengando a sus dirigidos desde un costado de
la cancha, finalizó otro capítulo entre dos de los equipos que animan la Liga
de González.
Goyo Fernández
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