martes, 9 de junio de 2020

Los zombies de la plaza

Islander Port 0 vs 0 Deportivo Sueco


Islander recibía a los suecos en el Hugh Town. Duelo de clubes con los que soñaron inmigrantes cercanos al Polo Norte que dieron con sus huesos en una pequeña estación del interior del interior bonaerense. Derby del Mar del Norte reproducido a escala pequeña en este General González enclavado en un llano e interminable mar de tierra fértil y nada de agua salada.

Algo de aquellas culturas, sin embargo, es posible que haya sido legada por algún fenómeno difícil de comprender a quienes hoy visten las casacas de Islander Port y Deportivo Sueco. De lo contrario no se explica la frialdad, casi el desapego, con que encararon el encuentro. Los suecos tenían aún la remota posibilidad de pelear la punta, pues arrancó el juego a cuatro unidades de los punteros faltando nueve por jugar. Ambos deben sumar todo lo posible si no quieren quedar complicados en la tabla general donde a fin de año acecha el temido descenso.

El toque atrás para el pelotazo largo desde la zona defensiva para que los delanteros peleen eso que hoy se llama segunda pelota fue la regla del juego. Hubo algunas aproximaciones tímidas a los arcos, algún centro intencionado, algún disparo lejano y casi de compromiso. Juego monótono, uniforme, hipnótico.

Acaso porque desde el campo de juego nada transmitían más que gélida eficacia defensiva y nula inspiración para el ataque, los pocos hinchas que se acercaron al campo de juego de los ingleses comenzaron a dejar el estadio. Pero, curiosamente, o no tanto por lo poco que sucedía, este fenómeno no ocurrió en los últimos cinco o diez minutos como es bastante habitual en quienes quieren regresar al hogar como para poder meter una ronda de mate y que no se les encime con la cena. Empezó a verificarse en el primer tiempo. Allá por los 15 o 18 minutos de la etapa inicial se empezaron a ir.

Se levantaban del espacio que ocupaban en las gradas, había poca gente y nadie estaba de pie, y enfilaban a paso lento pero sin pausa a la salida. En pequeños grupos de tres o cinco personas. Algunos dejaban olvidada la bolsa de maní o alguna mandarina que habían llevado para entretenerse durante el partido.

Así siguió durante todo el partido. Faltando pocos minutos se vació el estadio por completo. La percepción, bastante aterradora, fue que quedamos solamente los planteles, el equipo arbitral y este escriba en un estadio que se tornó fantasmal.

Fue en ese momento en que llegó el mensaje por celular. Algunos cientos de gonzalenses, muchos ataviados con los colores de los cuadros que se enfrentaban en el Hugh, estaban de pie en la plaza San Martín mirando fijo el cielo. Nadie se movía. No se escuchaba ningún sonido. Al menos eso contaba por Whatsapp un amigo que aparentemente estaba presenciando la escena.

Terminado el encuentro, quisimos obtener declaraciones de los futbolistas. No las hubo.



El oficio y el olfato periodístico invitaban a marchar urgente a la plaza. Talvez por excesivo celo profesional elegimos regresar a casa y enviar la crónica a la redacción.

“Cero a cero suecos e ingleses”, propusimos como título.

Difícil que alguien la haya leído. Hoy todos hablan de los zombies de la plaza.

Diego Joy

El gol, como el 25, siempre está

Southowns 3 vs 3 Deportivo Aragón


Cuan leyenda de French y Beruti, el ingreso al “Axel Axelsson Johnson” del sábado 23 de mayo fue a puras cintas de colores, distinto a una entrada a la cancha de un día cualquiera. Tanto en el acceso local como en el visitante, predomina el celeste y blanco. Pero del lado local se notan otros movimientos… además de las escarapelas con los matices nacionales, doñas Chichi y Jorja entregan a todo el mundo con sus características sonrisas de abuela, cintas con los colores del Southowns.

Es un fin de semana atípico, con un fuerte espíritu patriótico entre mates, empanaditas calientes o bandejas de locro, las cuales no paran de salir del baúl de un Peugeot 504 bordó, directo hacia la cantina. Como si estuviera planeado minuciosamente por los dirigentes locales, los escasos 13 grados con cielo más bien cubierto conspiran a favor para que los hinchas de “la play” - como en los dibujitos- se dejen arrastrar por el humito imaginario que viene de la cantina y acudan a ella por una bandejita, ‘y de paso se colabora con el club, vio’?

Pero el solcito se hace sus ratos de presencia, y hay un partido de fútbol de por medio, y como diría Víctor Hugo, “El gol, como el sol, siempre está”. Es una tarde de emociones cambiantes, de vibración constante en las áreas y de empate 3 a 3 final.

La igualdad, como el más popular de los guisos argentinos, tiene mezcla de gustos. Tiene gusto a mucho y poco. A tres fechas del final del Apertura, parece que los equipos lucen más audaces, y entonces los dos salen a buscar el triunfo sin pudores. Para los que lo ven del alambrado para afuera, sabe a muy dulce porque se van con la panza llena de goles y la expectativa abierta hasta el pitazo final de Esteban Fanurio… pero también sabe amargo, porque sólo se reparte un punto a cada uno y las ilusiones de ganar el torneo se derrumban, aún con dos fechas por delante. Sobre todo lo lamenta el Southowns, que hacía de local y era el que más cerca estaba de la retaguardia.

Los Gallegos se adelantan a los cinco minutos por un penal ejecutado fuerte y al medio por Tito, pero ni lerdos ni perezosos, los de Aldo Yasif encuentran el empate en su primera incursión, tres minutos más tarde, por el excelso tiro libre de Letamendi, al ángulo izquierdo de Casella. El PT se va con el 1-1 y el descanso de los jugadores se da en simultáneo con el momento del Pericón nacional en el medio de la cancha, que se realiza por parte de la peña folclórica del Southowns que está a cargo del ‘Pato’ Novillo, abuelo del recio stopper del equipo de Primera División.

La gente va apenas degustando el locro o las empanadas, que Harada los sorprende con el 2-1, producto de un gol sacando del medio en el ST. El volante supo desprenderse en diagonal y McConnel le puso el pase en la coordenada exacta para que el 10 ajusticie al ‘1’ rival. Los locales deliran porque las chances están intactas, pero el chorizo del locro se queda atragantado en la garganta porque Tito vuelve a hacer de las suyas a la salida de un córner y pone el 2-2 antes de los 10 minutos.

El trámite es de ida y vuelta, los espacios en el medio ya no se cubren con la misma exactitud que en la primera etapa y la transición de un arco a otro es frenética. “Los de la play” vuelven a delirar con la magia de Harada, quien con la sensibilidad de un joystick bien manejado pone el 3-2 cara a cara con Casella, sobre la media hora. El 10 se cuelga del alambrado, delira, ve la amarilla y vuelve a su campo dándose pequeños besos en su tatuaje del antebrazo derecho: el recuerdo de su perrita “Luna” siempre está. Pero la alegría no será completa esta vez, porque el Deportivo se la juega y a diez minutos del final encuentra el empate definitivo tras una palomita salvadora por el segundo palo. En una tarde de mayo, cerca del 25, el sol viene asomando, y justo para los Gallegos, la igualdad ansiada se la da su lateral izquierdo, Darío Martín. San Martín, y qué viva la patria carajo!!!

César Agustín Betancor

La Artificial

Ciclista Platense 0 vs 0 San Borombón


Durante la semana hubo algunos movimientos algo extraños en San Borombón. Eso me hicieron llegar mis fuentes dentro del club. Había varias versiones, que diferían en detalles, pero todas coincidían en que se había gestado una barra brava.

También me dijeron en la radio apareció gente rara preguntando por mí. Lo cual me llenó de curiosidad, pero también de miedo.

El domingo, después de unos buenos ravioles caseros hechos por la madre del Mosca, encaramos hacia el estadio de Ciclista Platense. Apenas nos acomodamos en la tribuna, se acercó un muchacho de camisa y corbata y preguntó en voz bien alta quien era Lamadrid. Tragué saliva y levanté la mano. Todos me miraron, el muchacho también.

- Vení con nosotros que te estamos esperando.

El Mosca me miró sorprendido y amagó a acompañarme. Con un movimiento de mi mano sobre su hombro le indiqué que se quedara tranquilo. Bajé siguiendo los pasos de este tipo hasta donde se juntaban unos cuarenta hinchas vestidos con la camiseta del Monaguillo. Atravesamos esa pequeña marea de personas hasta llegar al centro, donde nos estaban esperando dos tipos. Al pasar, los hinchas me miraban con cierta hostilidad, pero se corrían con amabilidad para dejarme pasar.

Estos dos tipos estaban parados mirando el campo de juego porque habían salido ya los equipos. Los hinchas de alrededor gritaban y cantaban canciones populares que nada tenían que ver con el folklore futbolero. En el momento que llegué junto a estos dos sujetos, quienes parecían ser los lideres, los barras cantaban un tango que no recuerdo el nombre pero que se lo escuché entonar a Julio Sosa.

Uno de estos hombres vestía camisa y saco sin corbata. Me tendió la mano sin presentarse. El otro vestía camisa, corbata y chaleco y se presentó.

- Renzi, Emilio. Mucho gusto. Este es mi hermano, Ricardo.

Estreché su mano.

- Queríamos conocerte. –me dijo Emilio. - Queremos que hables de nosotros en la radio. No queremos que se nos prejuzgue.

- ¿Cómo es eso? –pregunté.

Ricardo, quien hasta ahora no había abierto la boca, le susurró al oído a Emilio. El partido ya había empezado.

- Claro. Todo el mundo siempre tiende a hablar mal de los barras. Nosotros somos distintos. Nos llamamos “La Artificial” porque somos verdaderos hinchas. Pagamos la cuota del club, las entradas, el transporte, toda la logística es autogestiva.

Quedé sorprendido ante tamaña declaración de principios. Ricardo siguió apuntándole cosas al oído a su hermano. Me preguntaba si acaso sería mudo, porque parecía comunicarse mediante susurros y siseos. Entre los dos había una conexión que iba más allá de la fraternidad, parecían complementarse en forma perfecta. Continuó Emilio:

- Es más, nos pusimos a disposición del presidente del club. Si acaso podíamos contribuir a ayudar, que contara con nosotros. Pintar las paredes, arreglar los baños, demás tareas de mantenimiento, colaborar en todo lo que podamos.

Sinceramente quedé sorprendido ante todo esto. Mientras charlábamos no dejamos de mirar el partido en ningún momento. Emilio me había confesado que amaba a San Borombón, pero que por sobre todas las cosas amaba el juego. Le gustaba el técnico, me dijo que Sibaro plantaba bien el equipo. Que, a pesar de ser aguerrido, nunca dejaba de ser táctico y de buscar la belleza.

El partido seguía ahí en el campo de juego. Ferrarichi, el 4 de San Borombón, tuvo una tarde gloriosa. Tapó todas las pelotas y todos los avances del local, fue preciso en los pases y se proyectó al ataque siempre con la misma seguridad con la que defendía. Mereció el gol, metió un zapatazo desde afuera del área que se fue cerca del segundo palo.

- También tenemos pensado poner en el club una biblioteca popular. Se va a llamar Borges, en honor a un barra viejo que fue como nuestro padre y que ya falleció. –dijo Emilio Renzi.

- ¿Era ciego?

- Si. ¿Lo conociste?

Negué con la cabeza.

Lo miré. Yo estaba más que sorprendido. Me estaban cayendo bien estos tipos, me gustaba estar ahí entre ellos. El miedo ya había desaparecido y estuvimos hablando de futbol. De lo bueno que era Mori, de lo generoso que era nuestro 9. Me dijeron que tenían buena relación con el arquero Ceferino Cortés.

¿El partido? Terminó igualado en cero. A San Borombón no le cobraron un penal muy claro. Mori tuvo un partido para el olvido y terminó rengueando, mala señal para el generador de juego del equipo.

Cuando terminó el partido, los hermanos Renzi me sumaron a un brindis ahí en medio de la tribuna. Emilio me rodeó los hombros con el brazo que no sostenía la copa y dijo:

- ¡Por La Artificial, por la belleza del juego y por Borges, salud!



Nacho Lamadrid



Homenaje al crack de Ricardo Piglia, uno de los mejores jugadores de nuestra Literatura.

Le picó el boleto

Boleteros 4 vs 0 Monte Azul


Después de 2 fechas de visitantes, por fin vuelve Boleteros a jugar en Cohieyolán. Todos se preguntan si fue azaroso o si la gente tiene miedo de ir al pueblo.
Un partido que parece fácil, todos con grandes expectativas por el torneo, contra Monte Azul, que va último cómodo y ya hay muchos que creen que el descenso es un hecho. Sin embargo, sus jugadores harían lo imposible para luchar con honor.
La cancha estaba llena 2 horas antes del partido y solamente un puñadito de Monte Azul en la platea (jugadores de la Tercera, dirigentes y 10 locos que lo siguen a todos lados), una fiesta, esperando a los jugadores mientras veían a la Tercera, que en realidad a nadie le importaba.
Hasta que llegó la hora y cuando salió Boleteros, la cancha estalló de papelitos y afuera las bombas de estruendo y los fuegos artificiales.
Pitó el árbitro y la hinchada alentaba, eso hizo envalentonar a los visitantes, que rechazaban todo, ni un pase, todo de punta para arriba.
Los intentos de De Luca, Nielsen, Baldera y Squerra, eran rechazados por Mónera, Pafundi, Haedo, Barros y los puños de Peck, no contemplaban a la hora de pegarle de punta para arriba.
Hasta que a los 25´, De Luca llegó a la medialuna y fue barrido por Carrizo, que recibió amarilla, tiro libre directo, ideal para De Luca, porque era de frente. Le pegó con delicadeza pero Pafundi voló y la sacó con mano cambiada al ángulo. Esa fue la única chance que tuvo Boleteros, porque Monte Azul siguió con el repertorio de bartolear la pelota a como dé lugar.
Sobre el final del PT, se iba sólo Nielsen pero Mónera metió la mano y otra amarilla. Ese tiro libre no fue peligroso. Y así hasta que terminó la primera parte, que cuando se iban los visitantes al vestuario fueron silbados y el local, locamente aplaudido.
En la tribuna se murmuraba que otra vez no haya que sufrir para hacer goles y estar cortando clavos hasta lo último.
En el ST, Torrente siguió apostando por el 0-0 e hizo un cambio: Escobar x Jaramillo. Boleteros no hizo cambios.
Otra vez, Boleteros atacando pero sin efecto porque Monte Azul tenía una muralla hasta que a los 20´ expulsaron a Haedo por irle a Baldera con la plancha al pecho. Indirecto pero la barrera se adelantó, se adelantaron todos y el juez no hizo que se repitiera y se armó el contraatque para el visitante, paredes entre Focas y Ponce, hasta que Ponce quedó mano a mano con Appentano, remató y con la punta de los dedos de la mano derecha, la desvió pegó en el palo y se fue al lateral.
Esto no hizo agrandar a Monte Azul, si no, que volvieron a defenderse a lo loco y todo venía según el plan hasta que hasta que a los 30´ Mónera y Pafundi fueron al mismo tiempo, desde atrás a De Luca y fueron expulsados. Tiro libre en la puerta del área y golazo al ángulo de De Luca. Festejó y pidió el cambio por el golpe. Entró Bravo en su lugar.
Y así, sin poder recuperarse, Bravo la robó ni bien sacó Monte Azul, le pegó desde 40 metros, dejando petrificado al arquero visitante que se estaba secando las manos con una toalla y 2-0 en 3 minutos.
La hinchada visitante explotaba, se escuchaba hasta el mar (aclarando que el viento venía del Oeste) porque comentaban eso desde la playa en Twitter y Facebook.
A los 38´sacó Appentano desde abajo, uno de los tantos rechazos bartoleros de los visitantes, al pie de Nielsen que tiró el centro y Baldera de cabeza puso el 3-0. Festejo a lo loco, los visitantes querían que termine pero no iban a seguir expulsándose jugadores porque hay que seguir peleando.
Para darles descanso, Cassone, a los 41´hizo 2 cambios: Sáenz x Nielsen y Esmerado x Baldera.
A los 45´se escapó Esmerado, pared con Squerra, mano de Gianneri y penal para Boleteros.
La hinchada empezó a corear “¡A-PPEN-TA-NO! ¡A-PPEN-TA-NO!” para patear el penal y su técnico dio el visto bueno. Y fue el arquero, que pateó, fuerte a media altura y 4-0 para Boleteros, todos abrazando al arquero, que lloraba por haber hecho el gol.
Y el árbitro tuvo piedad, terminó el partido.
Los locales festejaban la punta, porque cuando parecía que se les escapaba, están peleando el campeonato.
Y los visitantes siguen penando en el fondo.

Goles: De Luca, Bravo, Baldera y Appetano.
Tarjetas Amarillas: Carrizo (MA)
Tarjetas Rojas: Haedo, Mónera y Pafundi. Todos de Monte Azul
Cambios: Escobar x Jaramillo en MA. En Boleteros, Bravo x De Luca, Sáenz x Nielsen y Esmerado por Baldera.

Cazador

Ser

Cantegriles 1 vs 2 San isidro


Por Juan Gabriel Paz, para Goleada Informativa

Torneo de Primera División


La tarde gris del domingo, en el Tambillo colmado tanto con simpatizantes del local como del visitante, nos entregó un espectáculo intenso y bien jugado. No podíamos esperar otra cosa de uno de los punteros y del actual campeón.

La primera parte fue muy atractiva, ya que ambos equipos se lanzaron al ataque y descuidaron un tanto sus defensas. Así, a los 23 minutos el local abrió la cuenta con una escapada del lateral Sugamele quien, tras un par de bien logradas paredes con Scazzini y Fassotti, definió a ras del piso al segundo palo del experimentado Brennan. El verde sostuvo su postura y el encuentro continuó siendo de ida y vuelta. Los volantes González, Iacobucci y Abad fueron precisos y lograron acercar la pelota al extremo Nefrune, que tras un par de tiros fallidos puso igualdad en el marcador con un derechazo fuerte y alto al palo del portero tricolor. Iban 41. Con el empate se fueron al descanso. Para la segunda mitad, el entrenador de San Isidro, Antonio Laas, dispuso el ingreso desde el vestuario del hábil Félix Páez. El número 15 se adueñó de la pelota y encabezó todas las jugadas, que sus compañeros, por impericia propia o por la capacidad del golero Tomás Romegueni, no acababan en gol de la visita.

A los 83 minutos, Páez gambeteó a Aguado y a Moneta y, al ingresar en el área, fue derribado por Lucero. El árbitro Nicolás Lema cobró penal, y el propio Páez se dispuso a rematarlo. Sin embargo, el jugador designado para ejecutar la infracción era Abad, por lo tanto se produjo un altercado entre ambos, quienes forcejearon para quedarse con la pelota. Ese hecho inesperado fue utilizado por los defensores locales para conversar con el árbitro y de paso distraer a los rivales que se peleaban por obtener el botín de gajos que podía darles la victoria.

Aprovechando la demora en la ejecución, un miembro de la Comisión Directiva de Cantegriles que observaba el partido a mi lado, en la platea, me contó que el arquero Romegueni y Páez habían tenido un enfrentamiento personal, por una cuestión “de polleras”. El arquero, sencillo trabajador de una fábrica del pueblo, había coqueteado con la novia del volante, famoso habitué de confiterías bacanas y playas de moda. El dirigente señaló la tribuna visitante y pude divisar a una joven rubia, de lentes negros y llamativas prendas de última moda.

Esa historia me recordó la que vivió mi compañero Carlos Lugones, fuerte y elegante zaguero de Agropecuario en el equipo campeón del ’89. Cacho era alto, musculoso, siempre bien peinado y prolijo. Era un señor dentro de la cancha y fuera de ella también. Trabajaba en el ferrocarril. Cierta vez, conoció a una señorita, sobrina de un acaudalado empresario de la zona. Llamémosla Susana. Susana tenía un rostro bellísimo y una figura admirable. Tenía en sus manos la delicadeza de quien nunca tuvo que mancharlas con tierra ni lejía. Tenía una musicalidad al hablar, un garbo al caminar. Tenía siempre los tapados y carteras que vendían en los locales chic de Capital. Susana tenía. Ella era la novia del hijo de un rico hacendado. El muchacho, llamémoslo Héctor, paseaba su ancha espalda por las costas de Francia o sobre sus caballos de pura sangre. Tenía toda la altanería que su billetera le permitía tener. Nadie sabía del romance entre Carlos y Susana, excepto los pocos amigos que él tenía en el equipo, entre los que me contaba. En una ocasión, Carlos se presentó en una reunión en la que estaban Héctor y Susana. Con coraje y con la confianza que le daba sentirse elegido por ella, le espetó al bacán que Susana no lo quería más, y que lo prefería a él. La miró con seguridad, esperando la aprobación que diera por concluido el triángulo, pero Susana bajó la cabeza, lagrimeó cobardemente, y escapó corriendo. Héctor, enfurecido, lo insultó y le dio un puñetazo en el pómulo. Carlos vio a Susana escapar y entendió que no tenía sentido responder a la agresión. Héctor volvió a insultarlo y a tratarlo de cobarde, y se fue tras Susana. Supimos luego que se casaron pero sus aventuras en el jet set acabaron en negocios que se cruzaron con la justicia. Él arrastró su decadencia entre mujerzuelas y alcohol, ella huyó a España. Por su lado, Carlos conoció a Raquel, la mejor amiga de su prima. Raquel era delgada, de pelo castaño claro y ojos negros. Era trabajadora y sencilla, cariñosa con todos, especialmente con su Carlos. Raquel era. Al final de ese año, se fueron al campo, para ser felices.

Finalmente, Páez se adueñó de la pelota y pateó. Romegueni fue hacia su derecha. La redonda entró despacito junto al palo izquierdo. El goleador le gritó el gol al arquero y salió corriendo hacia la tribuna del verde, mientras se besaba el escudo, apretado por el puño izquierdo y señalaba con el índice de la mano derecha hacia la rubia de lentes negros.

Y el muchachito bueno se quedó sin la chica hermosa. Como casi siempre. Aunque no creo que esa represente una gran pérdida.

No sé si habrá una Raquel para el bueno de Romegueni. Lo que sí sé es que siempre es mejor ser que tener.

El último Grito

Fuxia 3 vs 2 Federación Agropecuaria


El “Cholo” no se sentía muy bien en la jornada sabatina. El diagnóstico que le dio el médico esta semana no había sido muy halagüeño porque el maldito cáncer estaba en pleno avance. Ya el tratamiento vía rayos, siempre tan invasivo como necesario ante este padecimiento, no hacían mella como hace algunos meses y cualquier esfuerzo parecía en vano. Y si bien el “Cholo” es de esos tipos que le ponen onda a todo, sospechaba que el final estaba cerca.

Solo un deseo les pidió a “Sumpi” y al “Carucha”: “Quiero ir a ver al Fuxia y verlo ganar por última vez”. Es que el Fuxia no gana seguido, porque además se trata de un club nuevo, que tiene 11 años y que, en definitiva, está en pleno crecimiento.

“Sumpi” y “Carucha” se subieron al viejo Citroën tipo una, ese que parece una ranita modelo 50 y algo pero que como es barato de repuestos y gasta poco, va como piña. Llegaron a lo de “Cholo” para ir a la cancha. “Está fresco, no le conviene ir” soltó Marisa mientras largaba el último hilo de humo de su boca y apagaba el cigarro armado, de esos que parecen un porro según el ojo clínico del “Gallego”, otro integrante de la banda de amigos que justo este día tuvo doble turno en el súper y se quedó con las ganas.

“Decile que no ‘Sumpi’, está muy mal el ‘Cholo’, fijate si lo podes convencer, que se quede en casa” insistió Marisa al tiempo que prendió otro de esos canutos que hoy, en tiempos de pandemia, se consiguen más que los tradicionales y cotizan en dólar blue.

No hubo caso. El “Cholo” escuchó la súplica y salió de la pieza. Casi que les ordenó a los muchachos que lo lleven, que aunque sea lo último que haga quería que eso sea en la cancha del Fuxia, porque el “Cholo” es el socio 004, y no es el 001 o el 002 porque justo ese dio le diagnosticaron el maldito cáncer de pulmón, sino sería el uno, no hay dudas. Nadie en el barrio duda de eso.

El partido entre el Fuxia y Federación Agropecuaria estaba entretenido. Lejos de la punta, y ya con pocas chances, los equipos se animaron a mirar el arco de enfrente como si allí se encontrara la vacuna contra el coronavirus. El primer tiempo se fue 2 a 0 para la visita, porque Elichiri y Godoy tuvieron contundencia y le hicieron pagar caro la falta de la misma a los locales, que tuvieron a los palos y los rebotes al córner como enemigos íntimos en esos 45 iniciales.

“Che, el ‘Cholo’ está pálido” era el comentario de muchos en la cantina. Efectivamente era así. Pero aunque sea lo último que haga, lo prefería en esa cancha. Y ni en pedo al “Sumpi” y al “Carucha” se les hubiera ocurrido esbozarle la chance de irse en el entretiempo, porque el “Cholo” es de esos que creen en las remontadas. Y porque además, si su fin era ahí, en la cancha que supo poner algún que otro ladrillo detrás del arco que ahora mismo ocupa esperando que el Fuxia lo de vuelta, se iría hecho.


Empezó el segundo tiempo. Los palos y el travesaño, la cabeza salvadora del “Gringo” Jakov en la raya, la atajada “a lo Torrico a Allione” de Balzaguy ante el zapatazo a quemarropa de Rizzi, eran un presagio de que ese no era el día. Esa puta sensación de que se podía jugar dos horas más que la pelota no iba a entrar, era la de todo el Fuxia.

Pero llegó el descuento. El archimerecidisisimo descuento. A los 28’, Ibauza fue con la lanza por la derecha, metió el centro y el resistido D’amico la empujó casi de arremetida. 1-2 y a seguir buscando.

Quedaban 5. El “Cholo” lo vivía con el corazón en la mano, casi sin fuerzas de tanto gritar con sus manos metidas en el alambrado hasta los nudillos, bordos del frio. Y más pálido que hace un rato….

A los 45’, el bravo de Hugolino, que de tan temerario se ganó el apodo de “Sheriff” por Castrilli, marcó el penal con la cola casi en el piso y señalando con el dedo índice sin titubear el punto del área grande. En rigor de verdad fue más grande que el Maracaná. Si ni uno de la visita amagó a refunfuñarle. Rosignoli lo cambió por gol, con autoridad. 2 a 2, algarabía total. El “Cholo” lloraba, y seguía pálido como una hoja.

“¿¡Cuatro más!??”, se escuchó desde atrás del arco., seguido por un ¿¿nada más??. El “Cholo” estaba exhausto pero con algunas fuerzas para rezongarle al estricto hombre de negro. “Sumpi” y “Carucha”, como amigos de ley, habían acatado la orden. “Aunque sea lo último que haga” parecían decirse solo con la mirada cada vez más cómplice. Era una orden a esa altura.

Pelota parada, la última, 49 clavados, 2 a 2, el centro a la olla y el cabezazo al ángulo de Rizzi desató el alocado festejo. El “Cholo” lo gritó, se arrodilló y ahí quedó. El cuore dijo basta. Lo sabía, lo presumía desde ese mismo día. Pero era su anhelo, ese que cualquier hincha pediría a la hora de dejar este mundo. El de partir con un triunfo y sobre la hora en la cancha del equipo que ama y rodeado de amigos de fierro, como el “Sumpi” y el “Carucha”…..

Luciano Badíe

Ganaron los Tanos y siguen soñando

Deportivo Belgrano 2 vs 3 Ciclone 19


Todo el trabajo de la semana, después de caer frente a Fuxia dio resultado. Es que Ciclone sólo piensa en jugar en Primera División, ese es el objetivo para este 2020 y no se sale del rumbo. Nicolás Mendia concentró a sus jugadores desde el jueves, algo no usual en la Liga y menos en el ascenso. Y sorprendió al Deportivo venciéndolo en el Colegio Nacional y ante su público, que también quiere ascender.

El partido fue muy duro ninguno quería, ni podía, dar ventaja. Se planteo una lucha en el medio campo con pierna muy fuerte y siempre al límite. Allí por un lado Ramiro Ríos y Roque Maciel trataban de controlar los intentos de Lucas Messina una de las jóvenes promesas del equipo visitante. Mientras por el otro, Demián Ruoppolo no dejó mover a Mateo Rossi, el experimentado volante creador del “Depor”. Mucho trabajo para el árbitro Augusto Alcañiz, que supo manejar el juego sin que se le vaya de las manos. El local con el armador bloqueado por la marca, se complicaba. Aprovechando esto Ciclone avanzaba y a los 28 minutos de la etapa inicial se puso en ventaja por intermedio de una jugada colectiva que Ezequiel Crase se encargó de capitalizar. No tardó en reaccionar “La Academia”, a los 32 minutos, Juan Cruz Sarrevecea consiguió igualar el placard; al conectar perfectamente de cabeza un centro enviado desde la izquierda por Brian Kostka. De ésta manera se fue el primer periodo, intenso por cierto, pero jugado con toda lealtad por los veintidós protagonistas.

En la segunda mitad José Miguel Cirenti hizo modificaciones en su andamiaje, Rossi muy absorbido por la marca en el primer tiempo le dejó su lugar a Martiniano Suárez. Así el local ganó juego en equipo y comenzó a dominar las acciones y logró avanzar en el marcador. A los 15 minutos Avira estira a dos el contador con un remate cruzado de zurda que venció las manos de Agustín Baroletti. Belgrano siguió dominando el juego. Pero un error infantil de la dupla central, Cardilla y Marino que dudaron en una salida y Crase (con su olfato de goleador al acecho) no perdonó poniendo las cosas 2 a 2, en 29 minutos de juego. Los nervios por la situación invadieron a los jugadores locales, Ciclone se venía y no había forma de pararlo; además estaba jugando con un hombre menos tras la expulsión de Fernando Arzubialde. Cuando parecía que el empate estaba controlado y faltando 9 minutos para el final; el recién ingresado en los “Tanos” Tomás Romagna en una jugada individual, como para ponerla en un cuadrito, logró el tanto del triunfo. Desatando un loco festejo de unos pocos hinchas visitantes de esos que siguen al equipo a todas partes.

A dos fechas del final el torneo de Segunda División esta al rojo vivo, Deportivo Belgrano, Ciclone 19 y Deportivo Malvinas lucharan por el título hasta la última jornada. Esto al fútbol le hace muy bien.

Deportivo Belgrano: Santiago Cardozo; Fernando Arzubialde, Matías Cardilla, Juan Pablo Marino (ST 22’ Omar Herrera) y Luciano Pietrocola; Brian Kostka, Ramiro Ríos, Roque Maciel y Mateo Rossi (ST inicio Martiniano Suárez); Juan Cruz Sarrevecea (ST 30’ Leonel Mavarro) y Juan Avira. DT: José Miguel Cirenti. Suplentes: Luciano Guevara, Agustín Narváez, Burno Cabral y Adolfo Gómez.

Ciclone 19: Agustín Baroletti; Donato Ramos, Ismael Moyano, Juan Domingo Ortiz (ST 22’ Sebastián Ferreyra) y Juan Manuel Rigueri; Nicolás Salomón (ST 12’ Manuel Stempone), Demián Ruoppolo y Lucas Messina; Norberto Moreno, Ezequiel Crasse (ST 35’ Tomás Romagna) y Mariano Bianchi. DT: Nicolás Mendía. Suplentes: Juan Ignacio Leone, Julio Carrizo, Matías Fazzetto y Juan Manuel Benoglio.

Goles: PT: 28’ E. Crasse (C19). 32’ J. C. Sarrevecea (DB). ST: 15’ J. Avira (DB). 29’ E. Crasse (C19). 41’ T. Romagna (C19). Amonestados: M. Cardilla, R. Ríos, O. Herrera, R. Maciel y J. Avira (DB). A. Baroletti, I. Moyano, J. D. Ortiz, L. Messina, N. Moreno y M Bianchi (C19). Expulsados: ST: 20’ F. Arzubialde (DB). 43’ J. M. Rigueri (C19). Arbitro: Augusto Alcañiz. Asistentes: Daniel Román Alderette y Cecilia Ramaciotti. Público: 1200 espectadores.

“El Kabe”

Waterpolo

STK 1 vs o Internacional Sud


Waterpolo, si …. Waterpolo en el ESTADIO MUNICIPAL, fue debido a una lluvia torrencial ( más allá de lo que digan los meteorólogos de la zona, incluso del planeta entero) Ni bien empezó el partido ( más o menos a los 3 minutos del primer tiempo), la lluvia ya era pesada , como si cada gota fuera un calefón cayendo desde el cielo, entonces ayer en el partido entre STK e INTERNACIONAL SUD " cayeron realmente, calefones de punta" y la cancha se volvió una piscina. De todos modos , al rededor del estadio, el público estaba cubierto y ese día las tortas fritas se vendieron como nunca.

En el MUNICIPAL , los jugadores de cada equipo empezaron a nadar y el referí también. Todos esperaron la decisión del árbitro y todos creimos que el partido iba a ser suspendido, pero no!

El partido siguió tanto en el primer tiempo como en el segundo ( en ningún momento el referí , DON JESÚS LEMES, lo detuvo.



Cada jugador pudo demostrar otras habilidades y el partido de " waterpolo" fue verdaderamente interesante, aunque sólo por eso ( por rel cambio repentino de modalidad o disciplina deportiva). Luego dejó de llover, durante la primer parte del segundo tiempo y ya todo era otra cosa, que como dije, de todos modos no hubo nada que impidiera que el espectáculo deportivo continuara.

Obviamente aclaro que esta vez no eran las piernas de los jugadores con sus gambetas, las que se destacaban , sino los brazos y todas sus habilidades espontáneas ( o no tanto) en cuanto al nado! Incluso el referí ( que se movía por la piscina como si fuera un habitante de la Atlántida), demostró que era muy hábil con el croll, llendo por todos lados y sin perderse ningún detalle.

Yo waterpolo , nunca había visto y mientras comía torta fritas y me convidaban unos mates, miré entonces atentamente el partido, como todos los demás. La verdad que el primer tiempo fue como de adaptación, para los nadadores de ambos equipos y ya , en el segundo tiempo un buen lanzamiento del número 8 de STK ( Matías Benedutti), provocó el primer gol , debido a que el arquero de Internacional Sud ( Héctor Toledo ) quiso detener ell balón, haciendo mariposa, pero no fue suficiente.

Así entonces , el encuentro terminó con una victoria mojada, pero victoria al fin de STK , venciendo a INTERNACIONAL SUD , por 1 a 0.

Quiero agregar también que entre el público y muy cerca mío estaban esos hombres de negro, que sonrían con mucha satisfacción ( como si ellos hubieran tenido algo que ver con lo ocurrido) y que uno de ellos , era muy parecido a Acuaman.

Fernando Mazzoni

En un abrir y cerrar de ojos

Pescadería Carnevale 2 vs 0 Ángeles FuicksGral. González 1 vs 0 Deportivo Malvinas


A último momento y por un llamado de Hilario (el dueño de la radio) tuve que ir a cubrir el partido entre Gral. González y Deportivo Malvinas mientras estaba al tanto de los sms (sí, esa moderna tecnología del siglo pasado) que me enviaban desde el encuentro entre Pescadería Carnevale y Ángeles Fuicks porque había problemas de wifi, de 4G, de 5X y de 6 o 7 empresas que siempre hacen lo mismo con los servicios. No había hecho más que acomodarme frente al alambrado cuando escucho un sonido extraño, como el canto de un ave ahogada, lejano pero estridente, cercano pero apagado. Bueno no, era el aviso de que tenía un sms entrante, ya había olvidado el “ringtone” que le había asignado hace años en mi celular: Gol de Pescadería, D’alleva al minuto de iniciado el match.

Supuse que si así habían arrancado en la otra cancha, con un poquito de suerte, entre goles y mensajes iba a pasar la tarde bastante rápido. No fue así. Los nervios de Malvinas por esa posición expectante que mantenían en la tabla no los dejaba desarrollar el fútbol que, justamente, los puso en ese lugar expectante de la tabla. Y González con los mismos problemas de este año: mucha actitud, mucha garra y nada más, imprecisos, nerviosos, apurados y siempre con la decisión equivocada. El primer tiempo terminó 0 a 0 y mis pies perdían por goleada con el frío. Envié sms para constatar que todo seguía igual en el otro encuentro y no recibí respuesta.

Junto con el silbatazo inicial del segundo tiempo escuché el grito de ese pájaro ahogado que se quejaba adentro de mi Nokia, eran dos mensajes: el primero decía “CAMEÑERO” y el segundo “Sí, todo igual”. Deduje que en la ráfaga de señal que había levantado ambos mensajes a la vez, se había intercambiado el orden de salida y que efectivamente el primer tiempo había terminado 1 a 0 y a poco de iniciada la segunda mitad, Manuel Cameñero había anotado la segunda diferencia para Pescadería, ante un Ángeles que está envuelto en muchísimas incertidumbres, con la presencia de más abogados y representantes de jugadores, que de los propios futbolistas en entrenamientos y edificios de la institución.

González había empezado a avanzar en el terreno y Malvinas se mostraba muy cansado, evidentemente el desgaste psicológico a veces puede ser más determinante que el físico propiamente dicho. Yo ya no sentía ninguno de los pies y había empezado a toser un poco, no quería otra cosa que irme a tomar un mate, un té caliente e incluso un café.

Vi partir la pelota desde el cuarto de círculo del ataque derecho del Decano y esa cosquillita inconfundible que sólo se siente en la nariz me dio el inequívoco mensaje de que iba a estornudar. Tomé aire y alcancé a taparme la boca y la nariz con el antebrazo cuando la hinchada pareció festejar semejante estornudo, rendirse ante la majestuosidad de esa expresión de la naturaleza humana, pero no: en el momento que estornudaba, Itoles cabeceaba fuerte al medio del arco dejando a todos en la defensa pasmados mirando la pelota.

Fue así como en un abrir y cerrar de ojos González se quedó con los tres puntos, tan así fue que no pude ver el gol porque justamente tenía los ojos cerrados. Las personas que estaban cerca mío me dijeron lo de la facilidad para ganar arriba del centroforward y por dónde había entrado el balón. Yo estornudé un par de veces más pero procuré hacerlo cuando la pelota transitaba el mediocampo.

Matías Batallini

Los Resultados de la 8ava